Pia Bruun Periodista y locutora Miembro del Comité Ejecutivo de 'Alternativa Mijeña y Los Verdes'
Desde el momento que te levantas por la mañana y enciendes la radio o la televisión, hasta que te bajas a la calle, te metes en el coche o te quedas en la parada del autobus, estás siendo bombardeado por todo tipo de publicidad comercial. Según la imagen de los anuncios la humanidad está siendo reducido a un objeto de manipulación, un mero consumidor con un coeficiente intelectual por debajo del cinturón.
El municipio de Mijas, igual que el resto de la Costa del Sol y costa mediterránea española serían las zonas en Europa con el mayor número de los carteles publicitarios jamás visto. Un choque visual para nuestros visitantes, pero para nosotros, las pantallas y los titulos en negrita ya no parecen tener efecto sobre nuestra conciencia.
Estés donde estés destacan las ofertas de El Corte Inglés', o la propaganda del 'Todays Best Offer' en chino o ruso, como no hay restricciones puedes poner lo que quieras...
Puedes apagar la radio y saltarte los anuncios, pero resulta difícil e incluso poco recomendable ignorar los bordes de la carretera cuando estas detrás del volante. Parece absurdo, y una paradoja, que la DGT anualmente gaste muchos millones de euros en campañas de seguridad vial mientras la industria de la publicidad inviertan aún más millones de euros en distraernos. Ya se sabe que la gran mayoría de los accidentes de tráfico se deben a un momento de distracción por parte de los conductores...
Pero afortunadamente España es un país moderno con una legislación a la par con los demás países occidentales. Según el párrafo 1 de la Ley de Carreteras Andaluzas, artículo 58, la distracción vial (es decir la publicidad) es ilegal: “Fuera de los tramos urbanos de las carreteras andaluzas está prohibido realizar cualquier tipo de publicidad en cualquier lugar visible desde la calzada sin que de esta prohibición nazca ningún derecho a indemnización alguna”.
La legislación española no es muy diferente a la de los otros países europeos. La diferencia es que aquí la ley no se cumple –tampoco la de carreteras. En el último pleno municipal se aprobó una modificación de la Ordenanza municipal de carteles publicitarios. Parece ser que nuestro alcalde popular está a favor de talar o podar parte de esa jungla de paneles publicitarios, y en su lugar va a permitir la colocación de un nuevo tipo de monopostes de 'mega-tamaño', una especie de 3G de tableros publicitarios suficientemente eficaces y agresivos como para que no puedas evitar el no verlos.
El ayuntamiento de Mijas argumentaría a favor de la colocación de los carteles publicitarios los ingresos que éstos generan, unos 150.000 euros al año; es decir un cero-coma-algo-por ciento del presupuesto municipal.
Pero en la realidad somos nosotros, los consumidores, quienes pagamos por los gastos de la publicidad al comprar el producto anunciado, porque los gastos de la publicidad – siempre - se añadirán al precio final.
Necesitamos un debate público –como lo ha habido en los demás países de la UE– sobre nuestro derecho a mantener los espacios públicos libre de publicidad comercial.
La eliminación de la contaminación cartelera en nuestro municipio tendría un valor promocional mil veces mayor que el monoposte más grande del mundo y la promoción del primer municipio español libre de publicidad (vial e ilegal) sería un paso firme hacía un futuro mas sotenible y rentable.
Escrito por Alternativa, el Miercoles, 23 de Noviembre 2011
