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PRINTEAR ARTICULO Artículo "¿Que el campo no vale na?"

Fuente: Vecinos de Mijas

¿QUE EL CAMPO NO VALE NA?

Huan Porrah
Profesor de Antropología Social y Cultural
(Universidad Pablo Olavide)
Coordinador General de Artehnatiba Miheña



El pasado mes de diciembre fui a un molino de Laurín para moler mis aceitunas y traerme el aceite. Llevamos 1.283 kilos de aceitunas y nos dieron 327 litros de aceite, lo cual nos supuso un rendimiento total del 25’49%. A la salida del molino, mientras esperaba para cargar las garrafas, un hombre mayor der Lugá me decía: “¡Ké kazoliá!, yebáih la mihma kantiá d’azeite ke yo dieh pazao”. Y seguidamente añadió: “Ehte azeite tiene un koló dihtinto ar d’ahkí de Laurín, ¿de ké zitio lo traéih?” Yo le respondí: “De Bartokao, un partío der kampo’e Miha”. Y me volvió a preguntar por cuántos kilos de aceituna habíamos molido para sacar aquella cantidad de aceite –buscando comparar el rendimiento con las suyas–. Le dije los kilos y se quedó sorprendido: “Po yo a nehitao 200 kiloh mah k’uhtedeh pa zakà er mihmo azeite”, sentenció finalmente.

La siguiente pregunta de la conversación fue por la variedad de olivo de la que provenían nuestras aceitunas. Mi respuesta fue la de “olibo berdiá u morihko”, ante lo que mi contertulio laurino se dejó caer en la cuenta de que, ¡claro!, “eh k’el azeite der kampo’e Miha tiene munxo rendimiento, ya ze zabe dehe antiguo”, lamentándose a continuación de haber plantado sus nuevos olivos de variedad hojiblanca. “¿Ahkí en Laurín no ai oliboh morihkoh?”, le pregunté, ante lo que me respondió que los pocos que quedaban antiguamente ya los sustituyeron por las variedades de la moda que hay ahora. Me despedí de aquel campesino Der Lugá con un regustillo interior de satisfacción al comprobar que mi esfuerzo de estos años en conservar en ecológico los olivos der terreno antiguos de mi familia me había dado una ventaja de 200 kilos sobre aquel hombre, y el tener el aceite un color poco habitual ante sus entendidos ojos.

Un mes más tarde, en una reunión en Pizarra de la asociación de productores y consumidores ‘Guadalhorce Ecológico’ –la más cercana a la que me pude asociar ya que en el municipio de Mijas no hay promoción institucional ni municipal, ni de la Junta, ni de la UTEDLT de Lah Lagunah que fomente la producción agroecológica– se planificaban los cultivos de esta temporada. Al tratar acerca de lah papah, un compañero campesino ecológico de unos 60 años de edad se acordó de que yo era de Mijas y me propuso públicamente: “Po ayí en Miha tú pueh zembrà papah práhtikamente to’l año, ke tenéih una zuabiá de temperatura ke no tenemoh a ehte lao de la zierra”. Lo decía porque, para sembrar patatas, en Europa tienen una cosecha al año, en Andaluzía en general una de verano y otra invernal, en el Valle del Guadalhorce pueden apurar hasta tres en un año, pero aquí en Miha se pueden ir encabalgando cosechas de papah una tras otra casi sin interrupción. ¡Vaya!, otro regustillo interior de orgullo xixilargo que me llevé de aquella reunión.

¿Y qué decir? Pues que luego no paran de repetirnos en estos lares, incluso entre nosotros mismos los campesinos mijeños, que “el campo no vale na”. Han hecho que no valga na con tanta construcción y especulación inmobiliaria, porque nos ha ehnortao nuestro sistema tradicional de laboreo del campo ambientalmente privilegiado que ha sucumbido bajo kilómetros de hormigón y césped. Si querían jodernos el paraíso de la agricultura sostenible lo han hecho muy bien. Aunque Artehnatiba Miheña pensamos que aún se pueden recuperar tierras urbanizables a rústicas para plantarle cara con luces a esta crisis. ¿Crees de verdad que es demasiado tarde?

18 February 2011 12:06 PM